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Bioconstruir o como deberían ser nuestras casas.

Construir una vivienda saludable, sustentable, eficiente y sostenible a partir de materiales naturales y autóctonos que se ensamblan de maner artesanal sin necesidad de maquinaria pesada, energéticamente eficiente y respetuosa con el medio ambiente ya no es un imposible.

La misma además de cobijo brinda todo lo necesario para un vida armoniosa sin perder en cuenta el respeto por el Medio Ambiente. Su precio no es superior al de una construcción convencional y dependiendo de los materiales elegidos puede resultar hasta más barata, además de los ahorros posteriores, en gasto energético, agua y otros.

La mayoría de las viviendas de hoy en día derrochan recursos y energía, alteran el entorno natural y albergan numerosas sustancias tóxicas para nuestra salud desde la pintura hasta los mismos materiales con la se construye, como por ejemplo el cemento, que puede contener peligrosos metales pesados. También las pinturas y barnices derivados del petróleo emanan venenos volátiles como las cetonas, el xileno, el tolueno, etc..

Por su parte, los materiales de PVC incorporan en su producción elementos biocidas. Esto hace que  las atmósferas interiores tengan cientos de sustancias químicas, partículas y materiales biológicos con potenciales efectos perniciosos sobre la salud y ser fuente de asma, alergias o cáncer. Lo que hace que la construcción basada en el cemento y el asfalto supone una amenaza para la vida y el bienestar.

 

Por el contrario, la bioconstrucción crea hábitats respetuosos con la salud de sus ocupantes y el Medio Ambiente en el que se encuentran . Supone la vuelta al conocimiento ancestral que permitía a nuestros antepasados habitar viviendas sanas y ecológicas. Casas artesanales levantadas a base de piedra, tierra y madera del lugar sin arruinar los ecosistemas. Sus principios básicos son el ahorro de energía, la reducción de la contaminación atmosférica y electromagnética, evitar los materiales tóxicos y maximizar el reciclaje.

Al utilizar materiales ecológicos se reducen las emisiones de CO2, se ahorra dinero y se vela por la salud de las personas y del planeta. El resultado es una vivienda ecológica y sana con todos los adelantos modernos, sin emisiones nocivas y donde el gasto energético es menor al de una casa convencional gracias al diseño bioclimático.

Al construir una casa ecológica, en primer lugar conviene acudir a la geobiología para localizar y corregir las zonas geopatógenas que alteran nuestro metabolismo y perjudican nuestra salud. Por ello, deben evitarse las influencias perturbadoras de las radiaciones de los diferentes campos electromagnéticos artificiales (torres de alta tensión, transformadores, tendidos eléctricos, estaciones de telefonía móvil…) o naturales como las fallas geológicas, capas freáticas por las que discurren corrientes de agua subterráneas, emanaciones de gas radón etc..

Es primordial escoger un terreno saludable, buscar la mejor orientación de la vivienda para el aprovechamiento solar y diseñarla para neutralizar los puntos geopatógenos o minimizar la exposición a ellos de sus ocupantes, procurando una casa que nos agrade y contenga espacios que hagan que queramos pasar tiempo en ella. Para ello, es fundamental una correcta ubicación de los espacios y los huecos que permitirán un óptimo aprovechamiento pasivo de la energía solar y de los vientos predominantes. Esto se traduce en un importante ahorro energético, además de garantizar espacios iluminados, agradables y sanos, con lo que se mantiene a lo largo del año un clima confortable y saludable con un mínimo aporte exterior de energía. Logrando una casa que en la que la temperatura se regula de forma natural por su orientación hacia el sol, las corrientes de aire que la circulan, y hasta los arboles que la rodean pueden participar activamente en el proceso.

Tras la valoración del terreno y sus características geográficas, el clima y la cultura del lugar, se lleva a cabo un proyecto acorde con el entorno y las necesidades de los futuros ocupantes.

Un arquitecto o técnico especializado en bioconstrucción realizará el diseño bioclimático, consistente en lograr que el planteamiento de la vivienda o edificio sea adecuado para el clima y las condiciones del entorno, con el fin de conseguir una situación de confort térmico en su interior.

Los aspectos que intervienen en el diseño bioclimático son: la orientación del edificio, los elementos arquitectónicos, los materiales utilizados (aislantes, etc.), y la apertura de ventanas, también se pueden ocupar elementos de Geotermia y arboles de hojas caduca que proporcionen sombra en verano y dejen pasar los rayos del sol en invierno para conseguir una eficiencia energética óptima.

AHORRO ENERGÉTICO

Junto con los otros factores, una orientación indicada para la captación solar y aleros para proporcionar sombra en los meses estivales, evita en ocasiones la instalación de sistemas de calefacción y refrigeración.

Se puede ahorrar hasta un 70% del consumo energético en calefacción y refrigeración utilizando técnicas de conservación: mejor aislamiento térmico, ventanas de doble cristal y sellado hermético, buena orientación, materiales “duros” absorbentes del calor en el interior, vegetación apropiada en el exterior para evitar viento en invierno y buena sombra sobre las paredes de la vivienda en verano, buena ubicación de terrazas y patios, etc.

En primer lugar, habrá que planificar el mínimo uso de energía para construir la  vivienda, utilizando sistemas constructivos sencillos, basados en técnicas tradicionales, recursos y materiales localmente disponibles.

A continuación, habrá que escoger bien los materiales. En el norte, deberán tener propiedades térmicas que capten y almacenen el calor, como por ejemplo el adobe. En cambio, en el sur se evitara el calentamiento de los muros mediante el encalado blanco de las fachadas y la ubicación estratégica de los patios es la arquitectura vernácula practicada ya en los tiempos de nuestros abuelos.

Además, la casa ecológica debe disponer de una instalación eléctrica que cuente con una buena toma de tierra, que tenga forma de espiga y no coloque cables y enchufes en la cabecera de las camas para evitar los campos electromagnéticos que alteran el descanso y a la larga la salud. Los cables libres de halógenos que tienen una reducida emisión de gases tóxicos y una baja emisión de humos opacos, nula emisión de gases corrosivos, y evita la propagación de la llama y del incendio.

La instalación de calentadores solares para el agua caliente y la calefacción resulta esencial para ahorrar dinero y emisiones de CO2 y hasta se puede construir con materiales reciclados. Para un mayor el ahorro, la vivienda deberá servirse de electrodomésticos de alta eficiencia (ahorro de 2/3 del consumo de los convencionales), bombillas de bajo consumo de tipo led de preferencia. El aislamiento térmico de las tuberías de aguas caliente también evitará pérdidas de calor.

Otro complemento al suministro eléctrico del hogar son las microturbinas eólicas colocadas en el tejado y que en un día ventoso podrían generar el 30% de la electricidad que consume la vivienda. Un nuevo modelo esférico, de 1 o 2 metros de diámetro, aprovecha a su vez los vientos débiles, por lo que muy pocas veces está parado y lo hace hasta un 40% más eficiente. Y si hacemos un sistema mixto integrando paneles solares fotovoltaicos en el circuito la casa seria capaz de generar toda su energía por si sola.

Por otro lado, la Geotermia es otra opción para obtener calor, frío y agua caliente sanitaria sin importar la temperatura exterior, las 24 horas del día, todo el año. La geotérmica aprovecha la energía almacenada en la tierra al no tener lugar ningún proceso de combustión no se genera CO2, su rendimiento puede ser hasta 4 veces superior al de una caldera convencional y el gasto hasta un 75% inferior. Aunque el costo de la geotermia es demasiado elevado en la actualidad.

APROVECHAMIENTO Y RECICLAJE DEL AGUA

 

Además de implementar dispositivos de ahorro en la grifería de la casa para reducir el consumo de agua, en el hogar se pueden reciclar las aguas grises (provenientes del lavabo, la ducha y la lavadora), las aguas negras (procedentes del inodoro y el fregadero) y además aprovechar el agua de la lluvia.

El agua gris es fácilmente tratable y aprovechable para la lavadora, el inodoro y riego en el jardín o la huerta.

El tratamiento de los tres tipos de agua es diferente y por tanto requieren circuitos hidráulicos separados que idealmente deberían instalarse cuando la vivienda está en proceso de construcción (agua potable, agua reciclable y agua reciclada).

Para recuperar las aguas grises y negras, se puede instalar una depuradora biológica basada en los sistemas de auto depuración de los ecosistemas acuáticos y que cuentan con una fase anaeróbica y otra aeróbica.

 

El ahorro, la depuración mediante cadenas tróficas y el retorno al medio ambiente en óptimas condiciones son los principios que rigen la gestión del agua en la bioconstrucción.

El agua de la lluvia puede almacenarse en un deposito subterráneo (también puede ser sobre el suelo pero la conservación del agua en condiciones optimas es mejor que sea bajo tierra) conectado a la casa mediante tuberías y un sistema de filtrado a los puntos de consumo. Aprovechar las aguas pluviales recogidas desde el tejado de la vivienda es una forma excelente de reducir nuestro consumo de agua potable, ya que se puede utilizar para la cisterna del aseo, la lavadora (al ser muy bajo en contenido mineral necesitará menos detergente y suavizante) y para regar el jardín prácticamente sin tratamiento alguno, además proporcionará una gran autonomía en épocas de escasez de lluvia.

MATERIALES ECOLÓGICOS

Al escoger los materiales de construcción, es importante tener en cuenta su procedencia, si son de la zona mejor para minimizar la huella ecológica, su calidad, la durabilidad y asegurarse que todos ellos son reciclables, no contaminantes y naturales.

Los materiales a utilizar deben ser lo más naturales posible para que no emitan radiaciones, gases o partículas tóxicas. También deben ser impermeables al agua, permeables al vapor y que tras su vida útil sean fácilmente recuperados, reciclados o reutilizados en otra aplicación.

 

La lista es larga: tierra, piedra, barro, paja, arcilla, fibras vegetales, madera gestionada de forma sostenible y reciclada, azulejos, cristal, estucados de cal, morteros de cal, pinturas a base de aceites minerales y pigmentos naturales, protectores de madera como las ceras y aceites, mallazos de junco, bambú… y hasta sacos de arena.

Para el aislamiento se utilizan materiales como el corcho, la arcilla, la celulosa, las fibras vegetales, el caucho, el cáñamo, la madera, el lino, las fibras de coco, la paja, la lana o el algodón con unos resultados excelentes también se puede reciclar materiales como los tetrabrick o cubiertas para el aislamiento.

 

Entre los materiales artificiales alternativos destaca el polipropileno, un termoplástico semicristalino, inerte, totalmente reciclable, cuya incineración no tiene ningún efecto contaminante y su tecnología de producción es la de menor impacto ambiental. Se utiliza como elemento separador de drenajes, como protector de las láminas impermeabilizantes y en las tuberías por su resistencia al calor y a los detergentes.

Las paredes exteriores e interiores se trabajan con cal, yeso natural o arcilla. Las ventanas, puertas y vigas deben ser de madera tratada con sustancias naturales y proveniente de talas controladas y con certificación forestal o reciclaje.

Los pavimentos y revestimientos se realizan con cerámica natural, a base de barro; mármol no tratado con resinas ni elementos contaminantes; linóleum que está fabricado a partir de materiales primos naturales, renovables, y los deshechos de producción son re-utilizados para alimentar el proceso de producción. El Marmoleum y Artoleum (clases de linóleum) son la “elección natural” cuando se trata de aspectos como la salud, previene la propagación de microorganismos (incluido las bacterias), la sudorita se emplea también directamente para pavimentos puesto que pulida tiene un acabado similar al corcho, el corcho; o la madera.

El acristalamiento debe ser doble para lograr un buen aislamiento tanto térmico como acústico.

Las pinturas y barnices utilizados en toda la casa deben ser naturales, transpirables y no emitir gases tóxicos. A diferencia de las pinturas sintéticas, permitirán que el edificio respire y no se generen humedades ni condensaciones. En el mercado hay varias opciones ecológicas a precios asequibles. El barniz se puede reemplazar por aceite de linaza como usaban nuestros abuelos, es natural y sano.

Cada uno de estos materiales, combinados de forma correcta y armoniosa jugando con los colores, texturas y luces, conseguirán crear un hogar saludable, apacible y confortable en el que se percibirá el cariño que se ha puesto en su construcción, ese ingrediente esencial que ha quedado relegado en los tiempos que vivimos y que es preciso recuperar para nuestro bienestar.

LADRILLO DE CAÑAMO

Ideal en las construcciones bioclimáticas, el ladrillo de cáñamo está formado por fibras vegetales de cáñamo industrial, cal y una mezcla de minerales. Reúne todas las funciones de un muro estructural como son la resistencia a las cargas y la protección contra incendios. Asegura una regulación automática de la humedad y su conductividad térmica lo convierte en un material con gran capacidad aislante frente al frío y el calor. Por ello, se trata de un material muy recomendado en zonas del sur de Europa donde se alternan temperaturas extremas de calor y frío.

La fibra de cáñamo no contiene proteínas nutritivas para parásitos animales o que ocasionan podredumbre y por tanto no exige tratamientos previos. Además, combinada con la cal protege de la humedad y gana una defensa extra ante el ataque de hongos y parásitos vegetales. El mismo puede ser molido y reutilizado y sirve tanto para levantar muros estructurales como interiores. En la fachada puede ir recubierto de piedra natural, puede formar muros decorativos sin revestir y puede complementarse con entramado de madera.

LA CASA DE PAJA

La primera casa de fardos de paja revocados fue construida hace 130 años y en Estados Unidos existe una docena de ellas ya centenarias que todavía están habitables.

 

La construcción de paja es una manera barata y rápida de conseguir una vivienda acogedora y práctica. Existen diferentes maneras de construirla: utilizando la paja como muro de carga; sirviéndose de postes o columnas para soportar el peso del tejado; combinando ambos sistemas.

Un muro a base de fardos puede llegar a soportar 1.000kg/m2. Para su correcta disposición se utilizan estabilizantes horizontales y verticales y estacas de madera para unir los fardos.

Una vez colocadas todas las balas se ha de rellenar con paja suelta los huecos que hayan quedado. Después se revoca toda la estructura de tierra y se evita así la entrada de aire. Si además se cubre de cal el exterior, la resistencia al fuego de la casa se situará entre los 90 y los 120 minutos, dependiendo del grosor de la capa exterior de tierra y cal.

La densidad de las balas va a determinar su conductividad térmica, mientras que el flujo del calor dependerá de la disposición vertical u horizontal de las fibras. A diferencia de los materiales de componentes minerales, el nivel de humedad de la paja apenas va a variar su comportamiento térmico.

Como la paja no tiene capacidad de almacenar energía, se le proporciona un acabado en tierra, se ponen suelos de cerámica maciza o se hace una fachada sur a base de tierra o de cualquier otro material con mucha masa.

La humedad es el principal enemigo de las casas de paja. Para evitar la que sube del suelo se puede colocar una lámina aislante sobre él. Aunque lo aconsejable es elevar las balas de paja con un sobre cimiento o zócalo de 40 o 50 cms. que las protejan de las acumulaciones de agua consecuencia de la lluvia. Mientras, un correcto aislamiento de las paredes exteriores y del techo que reduzca el enfriamiento de las paredes interiores limitará la condensación que da lugar al depósito de gotas de agua, manchas de humedades y a la proliferación de los perniciosos hongos.

CASAS CON MATERIALES RECICLADOS

Se pueden utilizar neumáticos llenos de tierra comprimida para los muros, botellas de cristal, botellas PET, latas de aluminio la lista es interminable, siempre tomando en cuenta que los mismos no tengan posibilidad de despedir algún tipo de toxico que luego no querríamos en casa.

Todos esto materiales combinándolos con los anteriormente visto y utilizando la creatividad se puede lograr casas de ensueño, donde vivir se un placer y a la vez respetando el planeta.

 

Otro concepto sobre todo en los climas fríos es integrar un invernadero, a la casa el cual ademas de purificar el aire, proporcionarnos aire caliente, nos dará comida, el mismo se construye en el frente de la misma.

Les recomiendo mirar en nuestra Videoteca el documenta Gabage Warrior del arquitecto Michael Reynolds, donde pueden profundizar sobre algunos de estos conceptos, y en nuestra Biblioteca encontraran literatura variada sobre Bioconstrucción.

 

Fuente: https://ecocosas.com/arq